La donna immobile

Publicado en Revista Godot el 5 de febrero de 2018

La Bella Durmiente violada: dormirse virgen y despertarse madre de gemelos

La donna immobile habla de la violación, sin oportunismos. Es una obra que nace a partir del cuento original de Giambattista Basile en el que se basa La bella durmiente. Talía se durmió virgen y se despertó madre de gemelos, violada por un rey de cuento. La obra es una reflexión sobre la cultura de la violación en la que vivimos todos y sufren fundamentalmente las mujeres. Rebeca Matellán, Trigo Gómez y Rakel Camacho, esta última también directora y dramaturga, son las intérpretes. El arriba firmante, o sea yo, Álvaro Vicente, he tenido la suerte y el honor de participar en la dramaturgia de esta obra, oportunidad que agradezco públicamente a Rakel Camacho. Oportunidad que me ha permitido tener conversaciones como la que sigue.

 

20 de enero de 2018. 17h.

AV-¿Has visto el texto?

RK-Sí. Me sigue pareciendo que hay algunas frases que son jardines delicados, pero también es eso lo que queremos.

AV-¿Pero es un jardín para los actores o para ti?

RK-No, es un jardín para el espectador.

AV-¿Por?

RK-Porque la misma frase puede tener significados contrarios. No contradictorios, contrarios. Por ejemplo, cuando hablas del porno, cuando hablas de que un hombre se excita viendo una escena en la que varios hombres violan a una mujer. De ahí pasas a la pregunta “¿soy un violador?” Obviamente, esa pregunta tiene una respuesta clara: no.

AV-Se trata de generar una duda.

RK-Pero está claro que no, ¿dónde está la duda ahí? No por ver eso y que eso te excite, eres un violador. No por que te excite ver esa perversión lo eres.

AV-No, pero esto es cultura de la violación. Si se legitima la violación como espectáculo de ficción, de ficción pornográfica que se puede consumir, en realidad se asume como normal. Lo puedes consumir sin problema. Y como dice Cristina Fallarás, la ficción no delinque. Pero claro, luego hay otras ficciones que sí delinquen, que sí pueden ser delito, o se intenta que sean delito, si no, que se lo digan a Guillermo Zapata o a César Strawberry. No delinque según para qué. ¿Por qué las violaciones en el porno no delinquen y los chistes de Zapata sí? ¿Quién decide eso?

RK-La ficción no delinque per se, pero sí que crea delito. Pero claro, según la cabeza de quien lo reciba.

AV-Es complicado. De todas formas, está la cuestión de que un gran número de búsquedas en internet de porno tienen que ver con escenas de violación o humillación o acoso violento a mujeres. Y la única educación sexual que reciben muchos jóvenes en este y otros países, es a través del porno. Imagínate un chaval de 12 años, que es que es un niño, todavía no está formado, y por lo que sea no tiene una relación sana o una comunicación establecida y abierta con sus padres para hablar de sexualidad. Y sí, hay un porno que es evidentemente ficción, pero hay otro que juega a desdibujar, con mayor carga de excitación, lo que parece real y lo que no.

RK-Pero yendo a la raíz: ¿por qué te puede llegar a poner cachondo algo así? ¿Qué lleva socialmente al individuo a que le excite algo que hace daño a otro?

AV-No lo sé. Creo que la excitación está en conseguir hacer algo que ella no quiere, en conquistar lo deseado prohibido, que es el cuerpo de la mujer. ¿Por qué? Ni idea. Pero esa es la base de la violación, de la manada, del grupo de la universidad de Albacete, de todos.

RK-Es un deseo enfermo con resultado de cosificación.

AV-Pero tanto en la realidad como en la ficción lo evidente es que la mujer que es objeto de violación, la víctima, no cuenta para nada, está cosificadísima, despojada de toda humanidad, deshumanizada más que cosificada. Si para algo cuenta es que, probablemente, si no opusiera resistencia, no tendría gracia, lo cual es todavía más perverso. No existiría la violación, porque la violación empieza cuando la mujer se niega, se opone, pero es obligada por la fuerza a hacer lo que no quiere, a dejarse invadir.

RK-Pero cuando no hay resistencia también se continúa.

AV-A ver, si una mujer no quiere, no quiere; otra cosa es que el cuerpo reaccione al verte forzada, sin opción alguna de defensa y/o escapatoria, que sean 4 o 5 tíos frente a ti, y que evidentemente tu cuerpo entre en shock…

RK-Y decidas que no te hagan daño.

AV-O decides que no te hagan daño o tu cuerpo y tu mente se paralizan por puro miedo.

RK-Sí, sí, la parálisis de la inmovilidad tónica se llama.

AV-Recursos de la propia naturaleza ante el miedo, pero eso no significa que no ponga resistencia, que tu voluntad se trastoque y que lo que no querías hacer, ahora sí quieras hacerlo. No es no, y en eso se basan todas las campañas de concienciación ahora mismo. Por ahí empieza todo, desde que somos niños, que jugamos a levantar faldas o a tocarle las tetas a las chicas o el pito entre nosotros. Vale que una cosa sean juegos de descubrimiento, inocentes, pero tenemos que introducir en la educación, a todos los niveles, que no es no, para esto y para otras muchas cosas, que luego todos nos dejamos invadir con una facilidad pasmosa en mil aspectos de la vida.

RK-Yo a veces pienso que hay también mucho complejo de Edipo.

AV-¡Hostia!

RK-Bueno, no entremos ahora en esto. Voy más allá, La donna inmmobile está dormida, es casi necrofilia. Bueno, en nuestra función hay necrofilia prácticamente.

AV-Es la metáfora más clara de la anulación y de la deshumanización, la mujer está, pero está dormida, y como está dormida hago lo que quiero con ella. Y esta es otra fantasía muy recurrente.

RK-Pero ahí no está la excitación del no, de la negativa. Por eso se cree que no hay violación y el rey dice “recogí los frutos de tu amor”.

AV-Sí, pero mira, las manadas, la de San Fermín y la de Albacete, las dos hablan de burundanga, lo primero que quieren es dormir, anular la voluntad de la víctima.

RK-¿No quieren que sienta dolor?

AV-Si no quisieran que sienta dolor, no la violarían, ¿no? Creo que quieren el cuerpo.

RK-Bueno, igual por eso no se sienten violadores, que es ahí donde veo el mayor peligro, cuando no sabes que eres violador.

AV-Esos tíos sí saben que están violando, solo hay que ver las conversaciones del whatsapp.

RK-Entonces frivolizan y están como de coña. Es que yo ya no sé por dónde respira la gente.

AV-Pero eso es peor todavía

RK-Sí, sí, esa frivolidad ya es lo peor.

AV-Me parece que cuando un hombre puede llegar a ignorar, a decir «esto no es una violación», por ejemplo en pareja, que fuerzas a tu mujer, porque es tu mujer, a que haga algo que no quiere, piensas: esto no es violación, es que es mi mujer. En la cabeza de ese hombre puede no caber. O que pienses que acosar por la calle a una mujer no es un acoso, es un piropo. Ahí los hombres tenemos que hacer un clic mental, un cambio de código o como quieras llamarlo. Tenemos que saber que no es lo que pensemos nosotros, sino lo que les pase y piensen ellas también. Igual no quieren ser piropeadas o les da por culo que les digan «dónde vas guapa» a las 10 de la mañana, porque si ellas lo sienten como una invasión, es una invasión. Una invasión y una violentación de su espacio vital. Tú llámale violador a uno que “lo único” que hace es arrimarte la cebolleta en el metro. Te dirá no, oye, yo no soy un violador. Pues no, no eres un violador, pero porque no te han dejado, porque si te dedicas a arrimar la cebolleta en el metro, ¿quién te dice que si te encuentras con una tía borracha por la noche y no hay nadie, no vas y la violas?

RK-O no. Pero es un acoso igualmente. No hace falta penetrar para violar. Estás invadiendo el cuerpo de otra persona. Es el imperialismo, el colonialismo, como decimos en la función también, de un cuerpo sobre otro. Despentes lo dice, una violación es una guerra civil entre dos cuerpos. Hay muchos temas por ahí como palpitando.

AV-Sí, son muchas cosas, y sin querer ponerte excesivamente explicativo, se puede dar pie a que algún espectador que esté viendo y escuchando esto, piense una cosa y la contraria, pero creo que sembrar las dudas, la incertidumbre, y que la gente se pare a pensar un momento en lo que estás diciendo, por muy burro que sea, está bien. Hemos suavizado la primera versión, en la que dijimos que todos los hombres son violadores.

RK-Ahora es más una pregunta, ¿podemos todos llegar a ser violadores? Y el que lo hace es porque puede. Sabe que puede hacerlo y que se va a volver a integrar en la sociedad sin ningún problema. Aunque vaya a la cárcel, cuando salga se integrará. No es su problema. El problema lo tenemos nosotras y lo tenemos que solucionar nosotras. ¿Cómo? No lo sé, yo solo pienso en la defensa personal. No hay una solución para eso. Después de todo lo que se ha liado con la manada, aparece lo de Albacete…

AV-Universitarios, además, gente que se permita, en un ámbito universitario, tener esas conversaciones, sabiendo que cualquiera las puede ver o escuchar, que cualquiera puede hablar de ellas, que ahora después de lo de la manada se pueden denunciar pública o policialmente. Si te da igual todo eso, es que nadas en una impunidad, o en la creencia de una impunidad, impresionante.

RK-Es que se sienten dioses, es muy trágico. Y una de las cosas que siempre hemos querido con la obra es huir de lo trágico, y por eso siempre ha estado la imagen ahí, a veces más fuerte que la palabra, porque es una obra muy apoyada en lo estético, y en las acciones y en como suma cada pequeña cosa que se hace y cómo significa y resignifica lo que se ve y lo que se oye. Aunque siempre va a ver cosas que no nos hemos llegado a plantear, yo soy ajena al mundo del porno y me he sentido rara con eso muchas veces y te preguntas: ¿soy una puritana? ¿Soy rara? Y qué va, no soy en absoluto puritana, pero siempre he visto violencia ahí, siempre, y no me excita la violencia, para nada. Y me llama mucho la atención que excite la violencia, siempre me ha llamado la atención. Pero ya en mi generación a la gente le gustaba ver Holocausto caníbal y no lo entendía tampoco, porque me negué a verla, y a la gente le gustaba verla, ¿qué pasa ahí? ¿Qué somos?

AV-Hablas de cuando eras adolescente y creo que cuando somos adolescentes nos llaman la atención estas cosas porque en realidad estamos en el momento más extremo, más efervescente, en nuestro aprendizaje de cómo es la vida, las emociones, estamos saliendo del huevo, entendiendo el mundo desde nuestra individualidad, y hay mucho espacio a experimentarlo todo, es ahí donde aprendemos los límites de las cosas realmente. Te llevas al extremo, te llevas al límite para ver qué pasa. Bebes hasta reventar, te drogas hasta reventar, si puedes viajas lo que no volverás a viajar nunca más, de cualquier manera, donde te lleva el viento. Vives el exceso y pruebas todo lo que puedes.

RK-Sí, pero por qué atrae la violencia, es que no lo entiendo.

AV-La experimentación en los extremos nos da por donde nos da, dependerá de cada cual, de sus contextos, de sus ambientes, de sus conocimientos. El problema es no dejar atrás esos periodos de aprendizaje, eternizar estas dinámicas, como esos americanos que se graban haciéndose daño de mil formas distintas, me parece la plasmación más triste del vacío, que la única diversión que encuentres sea hacerte daño, grabarte y difundirlo. Es lamentable. Pero bueno, decía esto por lo de Holocausto caníbal, que sí, me llamaba la atención cuando tenía 15 o 20 años, pero ahora ya no. Me llaman la atención cosas violentas, pero con un sentido, algo que va de Pasolini a Angélica Liddell. No tengo problema alguno con la violencia poética. Saló es violenta, sí, pero tiene un sentido. Y no se ve y se vive la película de la misma forma a los 20 que a los 40, claro.

RK-Siempre que haya belleza, puedo entender que se me hable de violencia.

AV-En Monte Olimpo había violencia.

RK-Sí, pero con belleza. «Always defensor of beauty», dice Fabre.

AV-Los guerreros de la belleza, que así se hacen llamar, en la misma frase la violencia y la belleza.

RK-Una cosa es verlo desde la poesía, sobre un escenario, pero cuando estás viendo que es real…

AV-Claro, y en el porno no hay nada de violencia poética, hay violencia real.

RK-Y los de la manada no están pensando en un orgasmo, están pensando en un trofeo. Son cazadores. Les da igual su disfrute, es secundario todo, es el poder, es sentir que han ido contra el sistema. Es algo muy infantil también. Pero se ha normalizado, o sea, es normal que el hombre tiene poder sobre la mujer, y es solo poder. Por eso me gusta mucho que en La donna el hombre sea un rey. Ahí se explica muy bien, porque su propia figura ya explica lo que supone el hombre sobre la mujer.

AV-Mira esto que se publicó de Juan Carlos I, que estaba con una tía en un barco y la tiraron por la borda porque venía la reina.

RK-Espectacular, el Juancar es muy fuerta él.

AV-Y encima, te lo cuentan y te ríes, es cómico, es como de película de Pajares y Esteso.

RK-Es que nos reímos porque no podemos hacer otra cosa. No es dramático tampoco, porque a ella no le pasó nada.

AV-Y si le llega a pasar, no nos hubiéramos enterado nunca.

RK-Seguro.