El beso de la línea 2

Inmejorable. Excepcional. Es porque llego tarde. Es porque llego temprano. ¿Por qué no llego? Es porque el día es inmenso y la noche eterna. Es porque me gusta el sabor de tu lengua. Por la costumbre de pequeños adioses. Por esos zapatos que me regalaste. Pies. La luz. Bésame. Necesito ver a mi madre. Es porque el sol hoy me dio de lleno al despertar. Por los rumores. El viento. Porque pasé calor. Porque pasé frío. Porque me abrazabas con un traje de Batman. Tengo el estómago vacío. Paredes. Pintadas. Porque debajo de los adoquines está la playa. Porque una idea vale más que mil recambios. Periódicos. Sucesos. Noticia. Porque según fuentes institucionales, todo o nada se ha colado en un cuello. Todo o nada. Se tocan. Se parecen. Como el humo y la música. Porque hay canciones que bien valen cerrar los ojos hasta pasado mañana. Por la resaca del amor. Por el amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. Por un andar entrecortado. Pies. Pis. Perverso. Por las palabras de todas las gasolineras. El coche. El DNI. Bésame. La embriaguez. Beodo proceder. Los ruiditos de tu cuerpo. Esquinas vacías donde recostarse. Esperar. Esperar. Porque te vas siempre. Porque no vengo nunca. Porque las distancias se hacen de gelatina. Por las cerezas maduras. Por los columpios oxidados de los prados salvajes. Por las nubes. Por los jardines decadentes. Desorden. Por vivir en una palangana. Caos. Por Henry Salvador. Chambre avec moi. Por todas las infancias. Los grillos. Verano. Agua y sal. El mar. Porque compartimos el Mediterráneo de pequeños. Porque las olas nos dan risa. Porque en el fondo nos sentimos tan bien. Profundo. Profundo. Más profundo. Bésame. ¿Porque me gusta el sabor de tu lengua? ¿Lo he probado? Ciencia. Por el arte de abrazarte. Manos. Colapso cerebral. Porque no soy lo que soy. Duele. Y me quedaría gritando de dolor pegado a una carretera de un desierto de un país de un cuento. Porque hay animales que se arrastran. Porque vuelan como miradas de tus ojos a los míos. Víbora plácida. Por el veneno verde de tus venas. Delicioso. Por la dicha de compartir tu masa gris. Colores. Faldas rebeldes. Por circunvalar tu cintura. Leviatán. Porque los sueños felices no se acaban jamás. Porque hay un siempre. Siempre. Para siempre. Porque era el final de un día perfecto. Y eso que la perfección no existe. Porque un tren se detenía y uno de los dos tenía que bajar. Por la injusticia. Por la impotencia. Hierro. Porque hubiera roto con mi cabeza todos los cristales. Porque vivir así, tú bajando, yo siguiendo, no puede ser bueno. Porque me llora el hígado. El páncreas. El estómago. Porque llueve en el corazón. Por luchar contra una tristeza que no nos atrapará. Porque no sé qué hacía mirando las estaciones que me quedaban en aquel cartelito. Porque debería haber estado pegado a tus labios. Por ser tan tonto. Por todo. Por nada. Que se tocan los extremos. Que no existen. Fusión. Inmersión. Porque en la luna estaba tu cara cartografiada, como un huecograbado. Luna llena. Porque el mundo entero nos verá sobre todos los suelos, dormidos o quizás amados, recién amados… recién amados… El beso de la línea dos…

2005