Performance
NO / LLORES Sucedió el 28 de mayo de 2019 en el Teatro del Barrio de Madrid, dentro del ciclo Una y no más, comisariado por Teresa Rivera
Performer: Álvaro Vicente
Ayudante: Germán Vigara
Siguiendo la lógica onírica de Lewis Carroll en Alicia en el País de las Maravillas,
si lloras mucho podrás salvarte.
Eso sí, la salvación llegará con esfuerzo, con miedo y sabiendo gestionar encuentros con seres de otra condición, distinta a la tuya.
Nacemos llorando y al poco ya nos están diciendo: no llores.
No llores más.
Deja de llorar.
¡Otra vez llorando!
No puedes estar todo el tiempo llorando.
Las cosas no se arreglan llorando.
Llorar es tristeza, dolor, miedo, impotencia, incomprensión…
y se lo queremos ahorrar a todo el mundo, más a los seres queridos.
Y cuando lloramos de risa, nos sentimos gozosos y absurdos.
Y cuando lloramos de alegría, lo remarcamos,
para que se desactiven las alertas del prójimo.
Siempre hay un pañuelo de papel cerca
para que no se nos corra el rímel
y solo en contadas ocasiones nos abandonamos al llanto,
casi siempre en soledad.
Si vemos a alguien solo o sola llorando por la calle,
nos alarmamos, en silencio.
Hay que estar muy desesperado para ir llorando por la calle.
El llanto es moneda de cambio en los chantajes emocionales.
Yo te lloro, tú te ablandas.
El llanto es suavizante de la conciencia
ante desahucios, secuestros, naufragios
y demás desgracias televisadas a la hora de comer,
previo a la información deportiva.
El llanto está infravalorado.
Cada vez es más perezoso.
Cada vez más estéril.
Según los últimos informes científicos,
3 de cada 5 personas lloran lágrimas ausentes de vida,
son gotas de nada,
con el único fin de humedecer las estructuras oculares
y evitar la irritación de las mismas.
Cero emoción asociada.
Así es como están surgiendo, con urgencia,
los Bancos de Donación de Lágrimas.
Es necesario recoger y almacenar lágrimas
para cuando llegue el momento en el que el dolor, la tristeza o la alegría
solo puedan expresarse en seco, como hacen los malos actores.
Para entonces, nuestras emociones estarán agrietadas
como el fondo de los lagos en tiempos de sequía.
He recogido lágrimas en 166 países del mundo
Y todas son iguales
Así resbalen por rostros virginales
O cuarteados como el cuero viejo
Las guardo en pequeños tubos de ensayo
Cerrados herméticamente
Con una etiqueta cada uno donde pone un nombre, un país y una fecha
Colecciono la unidad básica del llanto
Sabiendo como sé que cuando quiera usar una de esas lágrimas
Se evaporará nada más entrar en contacto con el aire
En cada lágrima hay un caudal
Pero yo ya estoy seco.
Como la luna.
Ahora, escuchad… solo escuchad.
100 personas han contestado el test lacrimal
¿Cuánto llanto acumulado y/o reprimido crees que tienes?
Menos de un litro = 31,4%
Más de un litro = 33,3%
Más de 10 litros = 35,3%
¿Has chantajeado a alguien, al menos una vez, llorando?
Sí = 66,7%
No = 33,3%
¿Te da vergüenza llorar en público?
Sí = 41,2%
No = 58,8%
¿Te molesta el llanto de los bebés o niños pequeños?
Sí = 19,6%
No = 29,4%
A veces = 51%
Si eres mujer: ¿te decían de pequeña “lloras por todo”?
Sí = 41,7%
No = 58,3%
¿Te lo dicen ahora?
Sí = 27,8%
No = 72,2%
Si eres hombre: ¿te decían de pequeño “los hombres no lloran”?
Sí = 81,8%
No = 18,2%
¿Te lo dicen ahora?
Sí = 19%
No = 81%
¿Has llorado, al menos una vez, viendo un telediario?
Sí = 82,4%
No = 17,6%
¿Lloraste cuando España ganó el Mundial de fútbol?
Sí = 11,8%
No = 88,2%
¿Te pones películas a propósito para llorar?
Sí = 31,4%
No = 68,6%
¿Te has sorprendido, al menos una vez, no pudiendo llorar cuando se supone que hay que hacerlo?
Sí = 66,76%
No = 33,3%
¿Has llorado, al menos una vez, al tener un orgasmo?
Sí = 51%
No = 49%
¿Has llorado, al menos una vez, por hambre?
Sí = 27,5%
No = 72,5%
¿Cuál es tu canción favorita para llorar, la que nunca falla?
Yo tengo varias
Ahí va una…
¿Acaso también el llanto, cosa amarga de suyo, nos es deleitoso cuando por el hastío aborrecemos esas cosas que antes nos eran gratas? (San Agustín)
Donde lloran, está el muerto.
El llanto expresa un movimiento contrario a la risa, pues nace de una emoción distinta del corazón.
El que no llora, no mama.
El que derrama lágrimas levanta el entrecejo y une las cejas, arrugando aquella parte y los extremos de la boca se bajan.
Lo que la mujer no logra hablando, lo logra llorando.
La pena ocupa y preocupa: contrae el alma, la concentra y recoge sobre la imagen del hecho penoso, haciéndonos herméticos al exterior. Parejamente, su gesto frunce todo el rostro hacia un centro, recoge todos los músculos y cierra los poros.
Quien bien te quiere, te hará llorar.
Llorar no es de débiles y existen lágrimas provocadas.
De nada sirve llorar sobre la leche derramada.
Las lágrimas son el lenguaje mudo del dolor.
Pregúntase muchas veces: ¿en qué consiste que el hombre que ve con ojos secos los hechos más atroces y que quizás haya cometido crímenes a sangre fría, llore en el teatro al presenciar la representación de esos hechos y de esos crímenes? Consiste en que no los ve con los mismos ojos, sino por los ojos del actor o del autor; no es ya el mismo hombre; era bárbaro, le agitaban pasiones furiosas cuando vio matar a una mujer, cuando se manchó con la sangre de su amigo, y vuelve a ser hombre asistiendo al espectáculo. Ayer pasiones tempestuosas agitaron su corazón; hoy está tranquilo, y la Naturaleza recobra en él sus derechos y le hace derramar lágrimas virtuosas. Éste es el verdadero mérito y el gran bien que producen las buenas obras en el teatro. (Voltaire)
Mientras que lloras, no meas. (Mi madre)
