Entrevista: Mario Vargas Llosa

“El Boccaccio que todos admiramos es un accidente que deriva de la peste”

Publicada en Revista Godot el 30 de enero de 2015

Premio Nobel de Literatura en 2010, el escritor confiesa que si en su Perú natal, en su juventud, hubiera habido un movimiento teatral importante, hubiera sido más dramaturgo que novelista. Aún así, ha escrito media docena de piezas para el teatro (que Natalio Grueso quiso llevar a la escena como principal propósito en su paso por la dirección del Teatro Español, propósito que ha quedado truncado tras su salida del coso municipal) y presenta ahora un texto inédito, Los cuentos de la peste, en el que se ha reservado un papel para seguir jugando a ser actor. Dirigido por Joan Ollé, le acompañan en escena su adorada Aitana Sánchez Gijón, Pedro Casablanc, Óscar de la Fuente y Marta Poveda.

¿Cómo y por qué surge esta idea de adaptar para el teatro parte del Decamerón de Boccaccio?

No es exactamente una adaptación, es algo más libre. Siempre me gustó mucho esa primera jornada del Decamerón en la que hay una descripción que es extraordinariamente eficaz de los estragos que causó la peste de 1348 en Florencia y esa historia que se narra allí de este grupo de 10 jóvenes que deciden huir de la peste, pero como no pueden salir de la ciudad que está cercada y en cuarentena, huyen por lo imaginario, encerrándose en un jardín a contar cuentos. Siempre me pareció que era una situación muy teatral, ese grupo encerrado en una villa contando cuentos para escapar con la fantasía, con la imaginación, del peligro terrible que significaba la peste. Y la obra está construida a partir de esa idea y hay una adaptación de alguno de los cuentos del Decamerón, pero con mucha libertad, es decir, sin preocuparme de ser fiel a los cuentos tal y como aparecen en el libro, en algunos casos sí es una versión fiel, pero en la mayor parte es una versión muy independiente, muy autónoma, incluso el hecho de que en la obra aparezca Boccaccio en persona pues ya muestra que, digamos, me tomo mucha libertad con el original.

¿Qué estructura dramatúrgica tiene la obra, cómo se van entrelazando esos ocho cuentos que has tomado para la pieza?

Hay un grupito, que no es exactamente los 10 jóvenes de la historia, sino que son 5 personajes y de ellos hay dos que son Pánfilo y Filomena que sí son tomados de ese grupo de 10, en tanto que los otros son personajes, Boccaccio es uno de ellos, que es un personaje largamente inventado; sabemos muy poco de la biografía de Boccaccio, he respetado las cosas esenciales que se saben y también me he tomado libertades con lo que no se sabe. Y luego hay dos personajes inventados, que son el Duque Hugolino, que es el que interpreto yo, y la Condesa de la Santa Croche, que es el que interpreta Aitana. El libreto está inspirado, estimulado, por el Decameron y por la vida de Boccaccio, por lo que se conoce de la vida de Boccaccio, sobre todo en este hecho esencial en la vida de Boccaccio que es la peste, él vive la peste, está allí en Florencia cuando hay esa mortandad terrible, se dice que murieron 30.000 florentinos, es decir, la tercera parte de lo que era la población en ese momento, y la peste a la que él sobrevive fue fundamental en su vida de escritor, porque él era hasta entonces un escritor más bien intelectual, preocupado por la teología, por la filosofía, muy interesado en el pensamiento greco-latino, y muy lejos de la cultura popular. La cultura popular la descubre con la peste y escribe a partir de esa experiencia esos cuentos sabrosos, populares, obscenos, de una gran libertad no solamente frente al sexo, sino también frente a la iglesia que queda muy mal parada con los personajes eclesiásticos que aparecen allí, y sobre todo es un libro inspirado en el humor y en la digamos narrativa popular, con un lenguaje muy pícaro, muy libre. Todo lo contrario de lo que escribió antes y de lo que  escribiría después. Entonces realmente el gran Boccaccio que nosotros admiramos, uno de los fundadores de la narrativa occidental, pues es un accidente que deriva de la peste. Y ese aspecto de Boccaccio sí está muy recogido en la obra. Y los otros dos personajes son totalmente inventados, el Duque Hugolino y la Condesa de la Santa Croche.

Tengo entendido que has estado viajando por Florencia y sus alrededores en busca de los lugares en los que vivió o frecuentó Boccaccio…

Sí, he recorrido todos los lugares donde vivió Boccaccio, donde quedan rastros de él, y un trabajo muy cuidadoso en Florencia mismo con todo lo que queda, las huellas, que son muy pocas en realidad, pero sí queda la Villa Palmieri, la Villa famosa donde se encierran estos jóvenes, que existe todavía. Existe buena parte de la Villa y se pueden ver esos paisajes que recoge la obra, la Vila está a medio camino entre Florencia y Fiesole en esas colinas que suben con una vista muy bonita sobre Florencia, y sí he estado en todos los lugares que se sabe que visitó Boccaccio, donde nació, en Certaldo, y murió, porque está enterrado allí. La casa la derribó una bomba en la Segunda Guerra Mundial cuando ya se había firmado la paz, se ha reconstruido minuciosamente y entonces es exactamente como si estuvieras en la casa donde nació y murió. He recorrido muchos lugares, pero no con un espíritu historiador, ni muchísimo menos, sino para contaminarme un poco con el paisaje y con lo que queda de él. No se sabe mucho pero lo que se sabe es bastante fascinante. Es el primero que escribe una biografía de Dante, es el gran promotor de Dante, él es el que le pone además el adjetivo que acompaña siempre la Comedia de Dante, la Divina Comedia, ahora parece que fuera el título ese pero se llamó siempre la Comedia, y lo de Divina se lo añadió Boccaccio y ahí quedó para siempre. Un personaje muy dramático por otro lado, que en los últimos meses de su vida enfermó de hidropesía, se convirtió en una especie de monstruo que no podía moverse del torreón de la casa donde vivía, muy modestamente, con una sirvienta que lo protegía. Un personaje bastante dramático sabes…

Bueno, quizás tienes material para aventurarte con alguna otra historia sobre él…

No, no, aquí se termina, he empleado casi dos años en esta obra, es la obra de teatro que más tiempo me ha tomado, pero la he hecho con un enorme gusto. No es una obra de reconstrucción histórica de lo que es el paso de la Edad Media al Renacimiento, no, es una obra inspirada en Boccaccio pero yo creo que de espíritu más bien moderno, porque es una historia que tiene una construcción sobre todo temporal muy moderna.

Así pues, te has reservado un papel para ti en la función. ¿Quién es y cómo es este Duque de Hugolino?

Es un personaje que he inventado, es un hombre ya muy mayor, un personaje que tiene un amor imposible, tan imposible que la mujer de la que está enamorado, es una mujer inventada por él, que vive otro orden de realidad, que es un mundo de pura fantasía, y eso crea una gran ambigüedad en la obra porque hay un personaje que no es real, sino que proviene de la fantasía y cómo la fantasía y la realidad se mezclan y se confunden constantemente en toda la obra, yo creo que eso le da a la estructura un aire de modernidad, una obra clásica no se hubiera podido construir jamás con esos saltos entre el pasado, presente, futuro, y también con esos saltos entre el mundo real y el mundo fantástico, imaginario, puramente digamos soñado o inventado, en gran contraste con el mundo real.

¿De dónde te viene esta querencia por el escenario?

A mí el teatro me gustó siempre mucho, y si en Perú hubiera habido un movimiento teatral importante cuando yo comencé a escribir quizá hubiera sido más dramaturgo que novelista, pero en realidad había muy poca vida teatral y eso me fue empujando hacia la narrativa, pero siempre me gustó mucho el teatro. Ahora, lo que no pensé nunca es en actuar, eso en realidad es en cierta forma responsabilidad de Joan Ollé, que cuando montamos el espectáculo, el primero que hicimos, el que se llamaba La verdad de las mentiras, eso iba a ser como una lectura y Joan me convenció de que nos olvidáramos de los papeles y fuera más bien narrado, contado, y mira esa fue la primera inmersión mía más o menos del teatro y de allí ya salió una obra que fue Odiseo y Penélope, donde había ya mucha más representación que lectura, y más todavía en Las mil noches y una noche que hicimos también con Joan y con Aitana, y de ahí ya me atreví por propia iniciativa a dar el salto a Los cuentos de la peste y vamos a ver qué pasa.

¿Qué experimentas ahí arriba como actor?

Es una experiencia impagable, alguien que se ha pasado la vida inventando ficciones, de pronto vivir la experiencia de ser por un par de horas un personaje de ficción es una experiencia realmente impagable. Creo que es la forma de ficción que se acerca más a lo que es la vida real, porque cuando tú ves una ficción en una película o la lees en una novela, de todas maneras hay un intermediario, pero en el teatro no hay intermediario, vives la ficción allí, pasas realmente a conformarla, siendo una persona de carne y hueso, que habla, que se mueve, que puede como ocurre en la vida real equivocarse, experimentar imponderables, accidentes, y creo que eso le da al teatro una vitalidad que es incomparable con ningún otro arte que tiene intermediario. Es muy apasionante y además te hace conocer todas las intimidades del mundo del teatro que son muy fascinantes, nadie imagina lo que está detrás de un espectáculo cuando va a ver por un par de horitas un espectáculo.

¿Y qué actores o actrices te han gustado más o qué montajes te han inspirado a lo largo de tu vida?

Muchos muchos montajes, he visto cosas maravillosas en teatro. El teatro es un género extremista, es como los toros, o es muy bueno el espectáculo o es muy malo, no acepta intermedios. Una novela puede ser regular, pero el teatro no puede ser regular. Y cuando ves algo en teatro bien hecho… por ejemplo, qué te digo, acabo de ver El testamento de María, que es una obra maravillosa, soberbia, con una actriz fuera de serie, un texto muy bonito, y maravillosamente bien montado, interpretado, es una de las cosas que he visto mejores en mucho tiempo, maravillosa actriz, dicho sea de paso. Es una maravilla, todo es perfecto, el tiempo, los silencios, la manera como fluye todo el monólogo, la luz, el decorado, todo es de una funcionalidad… me ha parecido muy notable. Pero quizás la obra más impresionante que yo recuerdo es una obra donde no entendía palabra de lo que decían, pero sin embargo felizmente conocía la historia. Una adaptación que hizo Andrei Wajda, el cineasta polaco, de Los endemoniados de Dostoievsky, en la versión que había hecho Camus, mira, qué maravilla de obra. La vi en Cracovia y era una cosa tan absolutamente deslumbrante como montaje… inolvidable, no recuerdo ninguna película como recuerdo aquella obra de la que no entendí ni una palabra.

Cracovia y toda Polonia es un lugar donde el teatro es mimado, cuidado, es un tesoro nacional, un patrimonio…

Sí, y mira, recuerdo que de los mejores montajes de mi obra La Chunga lo vi también allí en Polonia, una compañía maravillosa y una actriz maravillosa… tienen una tradición teatral formidable, un teatro muy de intimidad, privado, como el de Grotowski, o el caso de Wajda, maravilloso de originalidad, de ingenio…

Y en lo dramatúrgico, ¿qué autores o poéticas te han interesado más?

Me gusta el gran teatro, me gusta Valle-Inclán, me gusta entre los escritores de teatro modernos Tom Stoppard, yo le hubiera dado el Nobel a Stoppard antes que a ningún otro dramaturgo, y desgraciadamente es muy poco conocido en España, y es un escritor absolutamente extraordinario, ahí está La costa de la utopía, maravillosa, una obra maestra, de las grandes obras de teatro de todos los tiempos.

Al final el proyecto, la tentativa de Natalio Grueso de llevar al escenario toda tu obra dramática, ¿se quedará aquí?

Hombre, yo le estoy muy agradecido a Natalio, yo le dediqué un libro justamente porque resucitó mi teatro y le he dedicado a él Los cuentos de la peste. Su idea no te puedes imaginar hasta qué punto me entusiasmó, el integral de mis obras, y se han montado cuatro ya, y le estoy muy muy agradecido. Y el nuevo director del Español, tengo que decir, Juan Carlos Pérez de la Fuente, también le estoy muy agradecido porque ha apoyado totalmente la obra, ha sido muy cooperador, generoso. Y al teatro Español como entidad, que además me he enterado de que es el teatro más antiguo de Europa, que existió tres años antes de que se abriera The Globe de Shakespeare, había allí ya en el mismo sitio un corral de comedias, es fantástico, extraordinario.

¿Has sentido en algún momento algún tipo de animadversión por parte de la autoría teatral española?

Ninguna, y las 3 obras mías que se han representando hasta ahora han funcionado muy bien, y no he sentido nada de animadversión, y si la ha habido no la he advertido. Todo lo contrario. Por todas partes he recibo mucho apoyo, ánimo de colaborar. Estoy muy contento y muy agradecido.

 

Vargas Llosa